Vivir sin fuego
Previo a la pandemia, adopté la costumbre de salir al parque Padre Hurtado (antiguamente Intercomunal) a hacer un asado junto a mi señora y/o con amigos. Así pasaba un momento relajado en un sitio lo suficientemente verde como para hacerle creer a la parte reptiliana de mi cerebro de que estaba en la naturaleza. Además, lo de poner carne en el fuego también tiene algo primitivo que le hace a uno sentirse un poco mejor al final del día.
Pero todo cerró por causa de la pandemia.
En mi departamento solamente tenía una parrilla eléctrica y aunque la utilicé mucho antes y durante la cuarentena, nunca quedé conforme con el resultado final. Probé distintos condimentos y marinadas, pero nunca logré el sabor que esperaba. Incluso llegué a comprar "humo líquido", que resultó ser un fiasco.
Por junio o julio del 2020 mi hermano compró una llamada "parrilla sin humo" que funcionaba a carbón. Fui esceptico, finalmente me convencí en comprar una para el 18 de septiembre. Las Fiestas Patrias en Chile. Pero para esa fecha, cuando los asados son la comida principal de Chile, estaban agotadas. Era algo obvio. Pensé mucho, actué demasiado tarde, me tuve que conformar con mis parrilladas eléctricas.
Finalmente decidí comprar una en Enero.
La compra
Existen distintas marcas y versiones. La más barata que encontré estaba a 70 USD (aún sabiendo que valen 20 USD si compras 500 unidades). La marca es Heng-Guang (no podría ser un nombre más Chino) los modelos al momento de escribir esto son 3:
- HG-XKL: La versión más básica.
- HG-XKLB: La misma que la anterior pero con un bolso.
- HG-XKLL: Lo mismo, pero además del bolso viene un disco de teflón (para hacer hamburguesas o similares), pinzas, unas brochas de silicona y un cepillo para limpiar la parrilla. Además, el tipo que me la vendió me regaló dos iniciantes de fuego.
Descripción y funcionamiento
Imagina una parrilla circular común y corriente. Pequeña (35cms de diámetro). En el centro tiene un canasto de inoxidable con tapa. Allí se pone el carbón. La tapa impide que la grasa de la comida caiga en el carbón y se incendie causando el humo típico de una parrilla normal. En teoría, luego volveremos a eso.
Pero esa tapa dificultaría la circulación de oxígeno necesaria para la combustión. ¿Recuerdas el triángulo del fuego? Combustible, calor y oxígeno.
Para solventar ese tema, desde abajo hay una hélice provee la circulación de aire permanente por el canasto central. Problema resuelto. Esta hélice es alimentada con pilas AA, o por el puerto de carga microusb. Yo uso una batería externa o powerbank de Xiaomi.
Pero antes de tocar el tema del calor, volvamos a la parte teórica del humo. Aunque es verdad que no cae grasa directamente sobre el carbón, igual pueden caer gotas sobre la tapa metálica. Que en pleno funcionamiento de la parrilla estará a una temperatura que inevitablemente quemará la grasa que caiga sobre ella. Así que humo habrá. Es bastante menos que una parrilla normal, pero lo de "smokeless" debería ser en realidad "less smoke" si es que fueran sinceros.
Ahora, el calor. Encenderla es fácil. Puedes hacerte un iniciador básico empapando bolas de algodón con metanol (lo que llaman alcohol de quemar), poner trozos de carbón encima dejando una pequeña chimenea en el centro y dejar caer por allí otro de estos algodones empapados pero encendido. Esta bolita de algodón iniciará las que ya están adentro, y estas encenderán el carbón que está sobre ellas.
Mientras haces eso pones el ventilador al máximo, pones la tapa y esperas unos 10 minutos antes de poner los alimentos en la parrilla. A partir de ahí, dependiendo del carbón tendrás entre 60 a 90 minutos de calor.
Funcionamiento
Alrededor del canasto carbonero hay un recipiente que captura la grasa. Es importante que no se llene demasiado si no quieres que se incendie. Así que si vas a hacer algún corte con mucha grasa, revisa constantemente el nivel de ese recipiente.
Por todo lo anterior, lo más conveniente es usar cortes delgados (alrededor de 2.5 cms).
Mantener la parrilla limpia es fácil. Basta con desarmarla poco a poco, cepillar y lavar lo que tenga grasa a medida que la desarmas. Botar la ceniza sobrante y volver a armarla una vez que todo esté seco. Lista para el bolso.
El resultado de la comida vale la pena. Se siente el sabor a humo y a brasa en la carne. Justo lo que quería.
Mis vecinos no se han quejado aún, así que supongo que el nivel de humo es tolerable. O bien, son suficientemente empáticos para soportar el encierro porque ellos tambien tienen ganas de un buen asado.
A todo esto: mi corte favorito de los baratos es el sobrecostilla, no sé como se llamará en otros países. De los cortes caros no hablo, acepto cualquiera, pero si me van a regalar algo que sea picanha (punta de ganso en Chile)
Conclusión
No es 100% libre de humo. Pero vale la pena si es que quieres sabor de una parrilla auténtica y te limita vivir en un bloque de departamentos. Así que también depende de lo quisquillosos que sean tus vecinos.
Definitivamente no la recomendaría para uso "indoor".
Otro factor relevante es su precio. Si puedes echar el humo que sale de una parrilla normal sin que alguien te hinche las pelotas, pues te recomendaría que ignoraras todo este post.
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